A 1500 pasos por delante
- María Dolores García Rodríguez
- 30 sept 2016
- 2 Min. de lectura
Las ideas son la base de todo. Y nuestra mente e intuición son mucho más poderosas de lo que imaginamos en primer término.
A principios del siglo XIX, el químico John Dalton dio a conocer el modelo atómico. Guiado por algunas investigaciones previas, afirmó que la materia estaba formada por compuestos de menor tamaño, que dio a conocer como “átomos” y que se combinaban entre ellos para formar estructuras más complejas. Para llegar a estas conclusiones, necesitó de experimentación y resultados empíricos (en gran parte, debido a la revolución científica que tuvo lugar el siglo anterior).

Esta teoría, que nos la enseñan hoy en día como “revolucionaria”, ya estuvo en la mente de Leucipo y Demócrito, filósofos griegos que ya anunciaron la teoría del atomismo en el siglo V a.C. Más de quince siglos atrás.
No hace falta decirlo, pero hay que destacar que en el siglo V a.C no se contaban con los avances científicos con los que contamos hoy en día, o con los que se contaban en el siglo XVIII-XIX. Tampoco con los instrumentos necesarios para hacer este tipo de investigaciones. Lo único con lo que contaban en el siglo V a.C. era lo más valioso que tenían (y que tenemos, aunque parece que ahora se nos olvida demasiado de vez en cuando): su mente. Su mente y sus ideas.
Leucipo y Demócrito lograron llegar a conclusiones que no se probarían ni quince siglos más adelante simplemente a través de la observación, la deducción y el análisis. Estuvieron 1500 pasos por delante de los investigadores.
Nuestra mente es capaz de cosas maravillosas. La reflexión que implica la filosofía nos ayuda a hacer esas cosas maravillosas, ¿cómo no sorprenderse ante ello?
Fuente de la imagen: http://www.caracteristicas.co/atomo/
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