Exceso de velocidad
La filsofía se ha visto terriblemente amenaza este último siglo. La nueva revolución tecnológica, una sociedad de consumo, la participación de la mujer en la vida pública y su adquisición de derechos -no privilegios- hasta ahora no reconocidos...todo ello ha provocado un cambio muy grande del que a penas somos conscientes porque no tenemos tiempo para detenernos a contemplarlo.
No tenemos tiempo, vivimos en una sociedad donde compramos y vendemos, vamos de un lado para otro, y parece que todo lo mueve el dinero. Pero el dinero lo que compra y vende y es tiempo, tiempo de vida, y es la vida, lo más importante.
Hoy en día nos ocupamos más de resolver cuestiones inmediatas que de aquellas que requieren larga espera y trabajo. ¿por qué? No hemos malacostumbrado a inmediatez de las nuevas tecnologías, del progreso y la comodidad. Con una llamada podemos contactar con quien queremos; con una visita al supermercado encontraremos lo que necesitamos, incluso no estamos obligados a cocinar porque ya lo vende hecho; podemos viajar a donde queramos sin invertir meses de travesía y encontrar información desde solo una pantalla. Queremos todo ahora, ya; por ello, ocuparse de aquello que no tiene fácil acceso siempre, de primeras, no resulta atractivo.
Se ha depreciado la filosofía. Una pena, ya que esta trata de lo realmente importante, qué hacer con la propia vida. La filosofía se escapa de todo este torbellino de cambios y movimientos, la filosofía es capaz de detenerse en el tiempo, mirar a su izquierda y a su derecha, pensar...¡pensar! Hemos olvidado lo importante que es pensar. Pensar antes de hablar. Pensar antes de actuar. Pensar antes de lanzarse a vivir. Solo pensando, siendo consciente de uno mismo y el mundo, uno es libre y tiene mayor acierto.
Pero el valor que tiene de por sí la filosofía y todo lo que es capaz de aportar a nuestras vidas ha sido ignorado hoy en día por muchos. Este año 2016 el último año en que la filosofía será considerada una asignatura troncal, es decir, importante. Con la aplicación de la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) la filosofía queda relevada a un segundo plano en la educación de aquellos jóvenes que el día de mañana se encargarán de que funcione el mundo. Y si a estos jóvenes nadie les enseña a pensar, a detenerse en el tiempo, ¿qué será de la humanidad?
Contra esta reforma educativa los pensadores no se quedaron callados. Filósofos como Fernando Savater y José Luis Pardo escribieron para EL PAÍS (el viernes 1 de julio de 2016) reivindicando que no, la filosofía no sobra. La filosofía es necesaria en nuestras vidas, y más ahora, que la velocidad de esta nueva época no nos deja ver con claridad.
