Se vende: Filosofía
Estamos en un mal año para la Filosofía. La nueva reforma educativa, llevada a cabo por el Gobierno, la ha tachado de innecesaria (como ya se ha comentado en el post anterior) al calificarla de “optativa” frente a la condición de “obligatoria” de asignaturas más técnicas. Y ahora, la Universidad Complutense de Madrid (una de las universidades españolas más importantes en el panorama internacional) ha decidido poner en marcha una reforma para disminuir el número de facultades en las que se organiza (de 27 a 16, se pretende), ¿y quién ha sido una de las facultades perjudicadas con esta medida? La de Filosofía, por supuesto.
Vivimos en una sociedad donde se premia el emprendimiento y nos enseñan a no tener ideas. Nos retiran la capacidad de aprender en la escuela a tener espíritu crítico. La Universidad, que se concibe también como símbolo de libertad, se une de manera indirecta a este pensamiento. El lugar donde, se supone, deberían plantar cara contra las reformas, nos da la espalda.
Las titulaciones ofrecidas por esta universidad no se verán reducidas, al contrario. Se mantendrán todas ellas, pero con la excusa de lograr una mayor “eficiencia” (habrá que ver cómo funciona), se ha decidido reorganizarlas en nuevas facultades. Una de ellas, la nueva facultad que integrará las antiguas de Filosofía y Filología.
¿Qué se considera como “eficiencia”? ¿Cómo la valoramos? Como eficiencia se miden patentes e investigaciones de carácter más bien científico. Proyectos económicos o nuevos estudios de leyes. Pero no consideramos eficiente la creación de ideas, la misma reflexión. La capacidad de formar a las personas con espíritu crítico y capacidad de pensamiento por sí mismo. Y así ocurre.
